Sergio hace análisis de merengue y lavado
7:43
A la hora de analizar el merengue, para Sergio Vargas es vital discurrir en todos los puntos que envuelve el negocio del ritmo. El Negrito de Villa habló claro ayer al explicar que la caída de las presentaciones de los grupos merengueros en Nueva York obedecía a la desaparición de muchos establecimientos de presentaciones artísticas que eran sustentados por el lavado de dinero.
Durante un encuentro el programa “El Poder de las 12” (Supercanal), el merenguero respondió a una pregunta de Alberto Bernabé (Bebeto), quien se desempeña además como empresario del merengue, que aseguró que el ritmo dominicano tiene una gran baja en la plaza de Estados Unidos, en donde la mayoría de las orquestas merengueras tiene base operativa.
Sergio explicó que en la décadas de los 80 el negocio en Nueva York pasó a ser manejado “no por el conocimiento de los individuos, sino por el poder económico”.
“De los 80 para acá de tres lugares que habían para tocar en Nueva York aparecieron veinte lugares; con dinero de dónde? Con dinero de quién se trabajó desde los ochenta para acá en el negocio?”, se preguntó, a lo que él mismo respondió: “Con dinero del lavado. Cuando se cae “la vuelta” a los tígueres del negocio, hubo una pila de presos y muertos de la gente que producen ese dinero. ¿Dónde a fue a parar la parte operativa del negocio: se cayó”.
Exhortó que si se analiza el tema del merengue no se puede coger por las ramas, hay que hacer un análisis radical. “El merengue no tiene problema, el merengue sigue siendo una fuente inagotable de inspiración y recreación”. Recordó que Olga Tañón, quien es merenguera, cobra cien mil dólares por presentación y que Juan Luis Guerra no tiene otro tema tan internacional como el merengue de “La bilirrubina”.
Durante un encuentro el programa “El Poder de las 12” (Supercanal), el merenguero respondió a una pregunta de Alberto Bernabé (Bebeto), quien se desempeña además como empresario del merengue, que aseguró que el ritmo dominicano tiene una gran baja en la plaza de Estados Unidos, en donde la mayoría de las orquestas merengueras tiene base operativa.
Sergio explicó que en la décadas de los 80 el negocio en Nueva York pasó a ser manejado “no por el conocimiento de los individuos, sino por el poder económico”.
“De los 80 para acá de tres lugares que habían para tocar en Nueva York aparecieron veinte lugares; con dinero de dónde? Con dinero de quién se trabajó desde los ochenta para acá en el negocio?”, se preguntó, a lo que él mismo respondió: “Con dinero del lavado. Cuando se cae “la vuelta” a los tígueres del negocio, hubo una pila de presos y muertos de la gente que producen ese dinero. ¿Dónde a fue a parar la parte operativa del negocio: se cayó”.
Exhortó que si se analiza el tema del merengue no se puede coger por las ramas, hay que hacer un análisis radical. “El merengue no tiene problema, el merengue sigue siendo una fuente inagotable de inspiración y recreación”. Recordó que Olga Tañón, quien es merenguera, cobra cien mil dólares por presentación y que Juan Luis Guerra no tiene otro tema tan internacional como el merengue de “La bilirrubina”.
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