El carisma de Bisbal sobrevive en Arena del Cibao
9:19 El carisma de David Bisbal mueve montañas. En la Arena del Cibao, escenario que por diversas razones el anuncio de su visita no causó el impacto esperado, el hijo de Almería (comunidad del Sur español) empeñó todas sus cartas (brío, voz y espontaneidad escénica) para ofrecer durante dos horas un show tan enérgico como la fuerza y voluntad que brota de su ser.
Al Vakeró, el cantante de los raperos, le tocó la parte más difícil: arrancar y convencer en un recinto de público escaso, anteanoche. Al hombre de trenzas negras y dueño del famoso estribillo “Qué mujer tan chula” no se le abrió el pecho y cumplió su parte antes de las 9:30. Antes de irse dejó entrever que es de Santiago la mujer que le “destornilla” el gusto. En homenaje al equipo español que ganó la Copa del Mundial de Fútbol, Bisbal cantó Wavin’ Flag (Agitando la bandera), respaldo musical de la campaña de Coca-Cola para la copa dorada que se disputó en Sudáfrica, cuna de las luchas y reivindicaciones del Nóbel de la Paz, Nelson Mandela. A modo de saludo, “estamos en familia.
Vamos a poner el ciento veinte por ciento”, dijo Bisbal segunditos antes de cantar “Arandaluz”, oda a su tierra Andalucía.
Le siguió “Esta ausencia” y el toque romántico de sus producciones que tuvieron cambio de ropa para estar a la altura de la nostalgia. Baja asistencia Antes de las nueve de la noche, el entorno de la Arena del Cibao, lucía como un campo de golf sin dolientes.
Nada que ver con la otrora fiebre desatada por el chico de los rizos de oro que militó en la primera versión de Operación Triunfo en España.
La crisis económica, el alto costo de las entradas, falta de un hit de Bisbal en las ondas hertzianas, son argumentos para intentar explicar la sentida baja asistencia en un show publicitado por todas las vías posibles.
NOTAS ESTELARES DEL SHOW ARTÍSTICO
- “Ave María” del disco de la producción “Corazón latino”, la más vendida en España, hechura de Kike Santander, fue el tema que sacudió las graderías ocupadas. El primer momento más intenso de la noche, ocurrió doce minutos antes de las once.
Con “Bulería”, el disco publicado en 2004 que le reportó importantes premios internacionales, se acentuaron las piruetas en escena y el bendito aporte de una banda espléndida.
Con “Dígale” (rogada a una voz por el público), se desató el sentimiento.
La gente le interpretó completa las estrofas de “Dígale también/ Que solo junto a ella puedo respirar/ No hay brillo en las estrellas/ Ya ni el sol me calienta y estoy muy solo aquí/ No sé adónde fue/ Por favor dígale usted/ Dígaleeeee.
La picardía y sensualidad bailan y dan vueltas en la personalidad de Bisbal. Se sabe querido y siente el delirio de las fanes (sobre todo el grupito que llevó el gran póster con su foto y Carlos Peralta, quien dice ser su doble), pero no se aprovecha para besar labios ni mover la cadera a grados ridículos. Es un joven que baila, canta y se mueve sin perder el respeto por el auditorio y a sí mismo.
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