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Ricky Martin ofreció una sexy y liberadora velada

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La euforia se sentía en cualquier parte del Palacio de los Deportes, los gritos y aplausos de emoción eran una constante, y a las 20:33 horas, la espera terminó, en un andamio de tres pisos, apareció Ricky Martin con una pose sensual, ya que se despojó de unas cadenas que lo sujetaban, en referencia a la igualdad y justicia que pidió durante todo su show como parte de su gira Música+alma+sexo.

“Esto es para quien se siente marginado, muy buenas noches México, es hora de decir lo que queramos, es hora de la paz, de igualdad, de amar, eso es lo que necesitamos. ¿Están listos?”, dijo el puertorriqueño, a manera de saludo, antes de interpretar la canción con la que inició la sexy y liberadora velada, “Será será (It’s too late now)”.

La respuesta de los 15 mil asistentes en el Domo de Cobre fue inmediata, los ensordecedores gritos se hicieron más intensos, cuando en “Dime que me quieres” e “It’s all right”, el cantante se dejó perseguir por un grupo de cuatro bailarines, que usaban un casco de motociclistas, y se balanceó con la camisa abierta mostrando el torso.

La explosión de candela latina llegó con “Vuelve”, “Livin’ la vida loca”, “She bangs”, “Shake your bon-bon”, “Loaded”, “Basta ya” y “María”.

“Muchas gracias por estar aquí, México. Ésta es una noche mágica para mí, ha pasado mucho tiempo desde la última vez y quiero dejarles claro que voy a dejar mucha energía en este escenario”, expresó el artista.

El boricua interpretó “Tu recuerdo”, y se dio tiempo para recordar su éxitos pasados, y entonó: “El amor de mi vida”, “Te extraño, te olvido, te amo” y “Fuego contra fuego”; volvió entonces al hoy, y deleitó con su voz y movimientos sugerentes en “Frío” y un mash up de “I am” y “Qué más da (I don’t care)”.

En el recital que duró una hora y 40 minutos, de manera intercalada, mientras Ricky se cambiaba de ropa, en video y audio se mostraron casos reales de discriminación ya fuera por el color de la piel o por la preferencia sexual, y con sus nueve músicos, cuatro pantallas, ocho bailarines y siete cambios de ropa, el puertorriqueño conquistó.

Se proyectó además un video de Ricky Martin, en posición fetal y desnudo, bañado con pintura de diferentes colores, esto, previo a cantar “Más”, y en sus versiones unplugged “Lola Lola”, “La Bomba” y “Pégate”.

Para despedirse, seleccionó “La copa de la vida”, que marcó el clímax; una vez más se despojó de su camisa y literalmente fue tragado por el escenario. Sin embargo, por la insistencia de sus seguidores, regresó para terminar de enamorar con “Lo mejor de mi vida eres tú”.

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