El despertar de Luis Enrique

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De vuelta al ruedo con su nuevo álbum, Soy y seré, el salsero nicaragüense Luis Enrique nos habla de una compañera fiel y de su perspectiva renovada de la vida

Con cada nuevo disco, Luis Enrique dice volver a comenzar de cero. Por eso no se sintió presionado al grabar Soy y seré (Top Stop Music), la producción que le sigue a Ciclos, álbum que rompió récords de ventas y marcó su regreso a la cima de los charts radiales después de casi una década. “Lo tomé como escribir otra página del libro”, cuenta el cantante nicaragüense sobre esta nueva entrega musical. “No es el capítulo anterior. Es otro capítulo”.

Y uno que, aunque preserva su esencia salsera, es muy diverso. Este incluye baladas románticas como “Sabes”, junto al joven bachatero Prince Royce, y salsa más agresiva como “Descontrólame’’, un regalo para sus fanáticos de siempre. Aunque los diez temas son de su autoría, algunos los compuso con amigos virtuosos como el compositor Jorge Luis Piloto y el cantautor Álex Cuba. “Es una aventura maravillosa lanzarse a componer con otra persona”, admite el salsero. “Eso enriquece mucho tu universo”.

Y más cuando se trata de su hermano, el cantautor Ramón Mejía, con quien compuso el primer sencillo del álbum “Dame de tu boca”, una balada con tintes de la tradicional mazurca nicaragüense. En el cortometraje de este tema participa su hijo Luca, de 10 años. “Quería dejar un testimonio en vídeo del amor que le tengo a mi hijo”, dice Luis Enrique, “y que él en un momento de su vida tenga eso para compartir con sus hijos”. También le dedica el tema “Una fotografía”, sobre el dolor de tener que dejarlo atrás y no poderlo llevar en su maleta a cada viaje.

Sin duda, los últimos dos años –en los que el cantante ha vuelto a probar las mieles de la fama internacional– han estado colmados de viajes y momentos inolvidables como ganar el Grammy estadounidense a Mejor Álbum Tropical Latino por Ciclos, cantar por primera vez en Italia y probar que aún es profeta en su tierra con sus abarrotados conciertos en Nicaragua. “Esas fueron emociones muy grandes”, confiesa el artista. “Hoy recibo cada premio y cada momento con una base espiritual más sólida y la madurez que me dan los años. Disfruto todo mucho más”.

Y es que a sus 48 años, Luis Enrique está finalmente viviendo a plenitud. “Estoy feliz, totalmente satisfecho. Entregado a mi vida personal tanto como a mi trabajo”, asegura. “Me siento lleno de energía para continuar’’. ¿Quién lo acompañará en este camino? Además de su hijo Luca, el codiciado soltero asegura tener otra fiel compañía. “Tengo de compañera mi guitarra”, dice entre risas, “que no me obstruye el camino ¡al contrario, me lo facilita!”

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