Buenas letras y bellas melodías

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Pablo Milanés trajo a Santo Domingo su más reciente concierto presentado la noche del sábado en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito.

“Propongo disfrutar esta jornada inquientando tu gusto en dos sentidos una palma que bate en tus oídos y un cocodrilo verde en tu mirada”, fueron las primeras letras que interpretó el cantautor cubano, invitando al público a ser parte de esta aventura musical.

El repertorio paseó por el escenario temas recieness y, por supuesto, obras que han hecho de Milanés un clásico indispensable de la canción latinoamericana.

Las canciones del programa trataron el paso del tiempo, la soledad y el amor, dejando fuera el tema político que ha caracterizado a su obra y las de otros artistas cubanos de su generación y que dieron forma a la llamada Trova Cubana, como Noel Nicola, Silvio Rodríguez o Vicente Feliú.

En ese sentido, no tocó el tema político en los momentos en que se dirigió a la audiencia, evitando referirse a las recientes controversias que han rodeado esta gira, que inició en Estados Unidos con las crítica a algunos aspectos del regímen de su país, y cuyo último episodio problemático vivió en Santo Domingo al negarse a conversar con la prensa, a pesar de que tenía pautada esa cita.

Pasadas las 9:00 de la noche, Pablo Milanés (Bayamo, Cuba, 1943), apareció en el escenario vestido de negro, y se sentó frente a su atril, luego de que sus seis acompañantes (piano, bajo, batería, percusión, metales y violín), iniciaran la música de un concierto que se caracterizó por la calidad de sus protagonistas y la belleza de las obras interpretadas.

Esa virtud de la nueva canción cubana, aupada por la Revolución, y que permitió a los músicos hacer obras en las que se fusionan géneros como el son, latin jazz, rock, clásica, cargadas con letras poéticas, se puso de manifiesto en el escenario en las distintas interpretaciones que realizaron Milanés y su excelente banda.

Letras que urgan en aspectos esenciales de la existencia humana, salieron de los labios del cantautor. Así, disparando ideas hechas estrofas, abordó el amor desde distintos puntos de vista, en canciones como “Si ella me faltara alguna vez”, “Yolanda”, o “El breve espacio”; el paso del tiempo, expresado en temas como “Años”, “Nostalgia” o “El tiempo el implacable, el que se fue”; o la soledad (“Diario de Mauricio”, “La soledad”).

Estas buenas letras, estuvieron acompañadas de esas hermosas melodías que es capaz de crear Milanés.

Arreglos que pasearon a la audiencia por una muestra muy buena de música afrocaribeña.

Si en la primera hora del concierto Milanés intercaló temas conocidos con otros más recientes, luego de esta realizó un paseo por varios de sus más importantes éxitos.

“Gracias, como siempre, una noche maravillosa”, dijo al concluir el concierto con una particular versión de “Yo no te pido”, en la que el protagonista fue el bajo.

El próximo sábado 8 Milanés presentará este concierto en la Gran Arena del Cibao, en Santiago de los Caballeros.

Contraparte de lujo
Antes de que el cantautor cubano llegará saliera a escena, la audiencia disfrutó de la extrovertida personalidad y la voz especial de la dominicana Maridalia Hernández, quien durante poco más de 20 minutos realizó una presentación a la altura de su figura.

Bien acompañada por tres músicos distintos, pero que coinciden en calidad: el maestro Jorge Taveras, al piano, Wellington Valenzuela en la batería y Esar Simó en el contrabajo.

Con aires de jazz, la Maridalia (Santiago de los Caballeros, 1959), interpretó temas como “Olas y arena” “Quien no sabe de amor, no sabe nada”, “Te ofrezco” “Caribe”.

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