Entre la arena y el mar, ¡también el jazz!

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Todo empezó el pasado miércoles en Sosúa cuando la gran fiesta artística, cultural e histórica arrancó con la primera agrupación; desde Chile, “Puerto Veras Big Band”, seguido de la dominicana Sabrina Estepan.

El jueves fue el turno del intérprete de “Rumbón melón”, Ismael Miranda, y del Grupo Músico Vocal Cristiano “Tes-a-t”.

En Puerto Plata
Lejos de quedarse solo en ese exótico destino, el viernes el festival se trasladó para playa Cabarete, Puerto Plata, y cuando cayó el sol, el saxofón, los tambores, el teclado, el sonido de la batería y las melodías comenzaron a escucharse junto al eterno mar.

A orillas del agua todo fue un equilibrio natural, bajo una inmensa carpa que cubrió a todos en su seno musical. Como si se estuviera en el paraíso, lo romántico, clásico y sentimental de cuerdas vocales de la israelita “Tutti Druyan”, cuyas notas se posaron durante aproximadamente una hora en las almas que se encontraban en el lugar.

Sin embargo, un cambio drástico, aunque para nada malo, ocurrió cuando al escenario entró el ritmo de la dominicana Xiomara Fortuna, que con su jazz progresista puso a bailar a niños, jóvenes y adultos en un show para nunca olvidar.

La intérprete, en una entrevista concedida a LISTÍN DIARIO, comentó que el jazz es lo mejor que le ha pasado, a pesar de que en República Dominicana la mayoría de los artistas solo se dedican a cantar lo tradicional de nuestra cultura, ella decidió irse a la creatividad.

“El merengue y la bachata, ya están hechos, a mí me gusta crear, evolucionar, crecer, y eso es lo que me ofrece el jazz; mi vida, pasión y siete hijitos”, expresó Fortuna.

Los tambores sonaron y sonaron, y al intensificarse, la artista apareció con una alegórica máscara sobre su rostro. Al bailar, las energías que pasaba por sus venas hicieron una conexión con el público.

La rítmica noche la cerró la cubana Gema Corredera a las 12:30, quien con un estilo más técnico improvisó las realidades de la vida de una forma directa, sofisticada y original. Su estilo interpretativo sobre tarima fue muy sobrio e íntimo, y cautivó hasta el final.

El sábado, bajo una fuerte lluvia y una temperatura fría, las fusiones de estilos como el jazz, rock, soul y latin se disfrutaron en el interesante sonido de Rando Camasta.

Jerry Medina y su banda despidieron el “Festival de Jazz”, y definitivamente no pudo haber mejor despedida que su estilo muy particular ceñido por el folclor caribeño y el jazz. Medina hizo un recorrido por varios géneros y culturas del mundo de la música, con la que la gente vivió, sintió, tarareó y bailó hasta el final del espectáculo.

LA ESCENOGRAFÍA DEL ESPECTÁCULO MUSICAL
El espectáculo se vivió de los pies hasta a cabeza; la máxima expresión del arte y la cultura, en una creación del artista visual del “Dominican Republic Jazz Festival”, Adolfo Faringthon.

Las fotos gigantescas de tres rostros de niños colocados en el fondo del escenario, fueron el montaje de la tarima que en homenaje a Haití, hizo del espectáculo un evento musical lleno de sensibilidad, hermosura y profundidad, en un fin de semana que los presentes guardarán en su libro de vida como una experiencia celestial por el recorrido de la música de los músicos, el jazz.

Los de detrás de las cámaras
Quince años lleva celebrándose el festival cuyos sus fundadores y creadores, año tras año se esfuerzan por desarrollar el arte y la cultura, y luchan por lanzarse, no solo como festival nacional sino también internacional.

“Nuestro objetivo ahora es darnos a conocer internacionalmente para el año próximo”, dijo Jennifer Kirdman, directora de relaciones publicas del Festival.

Talleres de música formaron parte de la cartelera, realizados por “Dream Project”, una fundación que tiene 10 años enfocada en la educación cultural y el desarrollo de los pueblo a través del arte.

El centro educativo se encuentra ubicado en una comunidad pobre de Cabarete, quienes trabajan con niños y jóvenes como una escuela con 24 programas en 11 comunidades de la zona norte del país.

“Es hermoso que en una escuela de un barrio se escuche entre sus pasillos un violín, y no un dembow, y todo lo demás”, agregó.

Idealización

En una idea de hacer un programa de música comenzaron a instruir a niños interesados en aprender a tocar los instrumentos en manos de profesionales que colaboran con la fundación “Dream Project”, y de esta manera, nació el proyecto como tal en el que anualmente enseñan a 2,500 niños de la zona Norte de forma gratuita.

“Tenemos niños desde los 3 años estudiando, y es increíble el talento que yo veo aquí”, expresó Jon Wunderlich, director de Desarrollo de Dream Proyect.

Asimismo, Jon señaló que lo que persiguen es llevar un mensaje a todos de que hay una necesidad, y hacerlo saber llenos de energías positivas.

Por otro lado, también se efectuó una exposición de pintura durante el evento de los jazzistas más importantes del jazz, realizados por dos jóvenes artistas dominicanos, Juan José García, de Sosúa, y David Céspedes, de Puerto Plata.

Unas 8,000 personas asistieron al festival durante los cuatro días en que se celebró entre Sosúa y Cabarete, Puerto Plata, con una participación de 1500 niños en cada uno de los talleres que se impartieron desde el pasado martes hasta el sábado.

Estas informaciones fueron ofrecidas durante una rueda de prensa que se celebró el pasado viernes en el restaurante “Miró”, de playa Cabarete, Puerto Plata.

La XV versión fue posible gracias al Ministerio de Turismo, Ayuntamiento de Sosúa, Ministerio de Cultura, Coca Cola, Amhsa Marina Hotels & Resorts, Viva Wyndham Resorts, Cicom, y Dream Project, entre otros.

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